Es un regalo para todas aquellas personas que valoran la inteligencia, la sensibilidad y la sencillez como norma vital. Es una visión de la vida desde distintos ángulos sin dejar de lado las preocupaciones inherentes al ser humano y, en especial, a la mujer. A lo largo de la historia, la mujer ha sido tratada, maltratada y mimada desde una óptica varonil, de tal forma que esa visión interesada nos ha privado de un punto de vista valiosísimo (el de la mujer), que será necesario recuperar a lo largo del tiempo. La poesía es una forma maravillosa de llegar al arte a través de la palabra. Durante siglos, el ser humano intenta encontrar de la manera más precisa y con la mayor sutileza posible la palabra exacta que defi na su pensamiento; pero ¿dónde está esa palabra única que necesito en ese poema concreto? Esa es la tarea de «los buscadores de palabras» (los poetas). Sí a los avances tecnológicos, pero sin olvidar: el arte, la música, la pintura, la poesía.
En este libro, la cocina es la protagonista, y tiene como misión el conceder un momento mágico, confiriendo un clima de sosiego donde dedicarse a uno mismo y a quien le acompaña; pues la comida excita y calma los malestares de este mundo acelerado que no te permite detenerte en los detalles. Como bien dice Maupassant: “la cocina es la alquimia del amor” y este libro es un recetario de esos conjuros libidinosos, relajantes y reconfortantes. Este libro es un acto de amor.
¿Cómo iba a confesarle que no me esperaba una joya, pero tampoco que fuera tan rematadamente fea? —Pues la verdad es que…, es que…, no… —Nadie puede imaginarse que sea tan fea, ¿a que no? —comentó sin perder la sonrisa. ¡Hostias, menudo compromiso! —Yo…, yo no…, no creo que… —balbucí con el rostro congestionado por la vergüenza. ¿Cómo reaccionar ante aquello? No podía decirle: “no eres tan fea”, porque sabría que la estaba mintiendo. Tampoco podía soltar: “más que un coño”, porque, aunque fuera verdad, no se lo merecía. Además, ya no me parecía tan horrorosa como hacía diez minutos. Quise decir algo, balbucir una vez más probablemente, pero ella no me dejó. Independientemente de su contenido y estructura, el denominador común de estos relatos es el humor y están concebidos para provocar, al menos, la sonrisa del lector gracias a su prosa dinámica y ácida y que no en pocas ocasiones nos recuerda al sinsentido de Groucho Marx o a los inesperados desenlaces de Woody Allen. En definitiva, Aurora y otros relatos nos desconectará, durante el tiempo que dure su lectura, de este mundo racional que a veces tanto nos exige y del que, de cuando en cuando, conviene escapar.
El sueño del ornitorrinco es la historia de Alejandro, la historia de un asesino a sueldo, la historia de un hombre sin escrúpulos que no le tiembla el pulso a la hora de ejecutar a sus víctimas ni de torturarlas si se tercia. También es la historia de amores truncados por la cara trágica del destino, por la violencia, a veces excesiva, que establece el poder para consolidar su dominio de manera aplastante, la que no permite fisuras. ¿Por qué Alejandro no puede mantener con vida a las mujeres a las que ama? ¿Por qué no quiere hacerse cargo de la Organización cuando tiene oportunidad? ¿Por qué la envidia y el odio le colocan de forma permanente en la cuerda floja? Sin amigos en quien confiar y sin apenas posibilidad de establecer una relación sentimental, Alejandro va forjando su futuro, tan inconsistente como el sueño del ornitorrinco, a sangre y fuego.
Una nueva forma de vida surge en el mundo: cuerpos sin materia, como si fueran hologramas. La lucha por el poder entre los con y sin, no se hace esperar… Cuerpos sutiles es la novela póstuma de Miguel Ángel Diéguez, de la que el escritor Gregorio Morales comenta: «Diéguez une la investigación en un campo nuevo como es el de los “seres inmateriales” y su relación con los “corpóreos”, junto a una fluidez, creatividad y belleza tanto del lenguaje como de las situaciones, componiendo una obra maestra, y lo digo así de claro, sin tapujos, joya además de la llamada literatura cuántica, grupo al que perteneció activamente el autor, y el lector encontrará uno de los momentos más felices e intensos de su escritura». —¿Estás en huelga, o qué? —preguntó Luis. —Me han puesto en huelga indefinida. Ignoro cómo me ha pasado algo tan... No te lo vas a creer. He perdido el cuerpo. Lo que estás viendo es sólo una imagen de lo que fui. —¡Venga ya...! ¡Déjate de cachondeos! Juan hizo una breve exposición de lo que le había acontecido en las últimas horas, desde que salió en busca de Ramón Heredia hasta su insólito despertar aquella mañana. A medida que hablaba, el rostro de Luis pasó de la seriedad a la sonrisa cáustica.
—Hoy no me sé la lección, profe —confesó meliflua, jugueteando con la puntera de su pie derecho como si estuviese apagando una colilla que a alguien se le hubiese quedado detrás. —Uy, uy, uy... Pues eso no puede ser, Samantita —repliqué dándole unas palmaditas en el trasero. —¿Y me va a castigar? —No sé, no sé —apunté haciéndole una carantoña en los coloreteados mofletes—. A ver…, levántate la faldita. —Es que me da vergüenza —balbuceó con el índice de la mano derecha en la boca. —¿Por qué, tonta? No ves que soy tu profesor. —Ya, profe, pero es que hoy no llevo braguitas. Samanta, una joven curiosa e inquieta, desea ser escritora. Tiene facultades, pero desconoce la mayoría de las nociones básicas para lograr una prosa fluida. Don Juan, un autor de éxito entrado en los cuarenta, está dispuesto a enseñarle estas nociones, pero siempre y cuando ella le compense con ciertos favores. Juntos, empiezan a dar forma a Cristinita, la obra que regula sus intercambios y en la que ponen toda la carne en el asador. Cuando todo parecía discurrir por los cauces establecidos, a don Juan le sobreviene algo completamente inesperado…
Este libro lo conforman cuatro relatos de cuatro plumas bien diferenciadas, cuatro estilos distantes, pero con un denominador común, el erotismo. Descubriremos la sensualidad de Pramata, tatuadora de sexos y amante exquisita; acompañaremos a Rafael en el surrealista viaje a bordo del expreso Rías Altas, un trayecto lleno de sucesos inesperados; desearemos vivir en el castillo de la condesa de la Marca, libertina y ferviente seguidora del marqués de Sade, donde Eloísa y Crisóstomo conocerán el placer sin límites antes de abanderar la peregrinación a Amberes en nombre de Príapo… Entonces se levantó, la cogió por los hombros, la hizo girar para poner a su alcance la boca apetitosa. Solicitó que se levantara mientras una mano se había abierto camino entre la falda, había despechado la tanga y navegaba por el estanque de la vulva hacia el precipicio que todavía palpitaba. Su pene quería estallar dentro del pantalón, pedía a gritos que lo liberara, deseaba ocupar el lugar de su mano hasta sucumbir al imán de la sima que estaba dispuesto a invadir. Milagrosamente ella oyó su quejido y con manos expertas desabotonó la bragueta, pero despacio, muy despacio, deleitándose con el padecimiento de esa verga hinchada y sudorosa, preludio del que la esperaba al otro lado del abismo.
¡No sé qué día es hoy ni en qué año vivo! —arguyó—. No sé cuánto tiempo he estado con los Espíritus. No sé nada. Estoy como un niño. Qué más da. No me importa. Es mejor sentirse como un niño. ¡Eeehh! ¡Yuuuhuu! ¡Viva! Sus arrebatos de felicidad y entusiasmo se vieron interrumpidos por el repique de las campanas, que sonaron como nunca antes lo habían hecho. ¡Tilín, talán, ding, dong, tolón, tolón! ¡Ah, glorioso, maravilloso! Corrió a la ventana, la abrió y asomó la cabeza. Ni bruma, ni niebla. Hacía frío, por supuesto, pero el día estaba claro, con una luminosidad especial. Un frío que estimulaba a la sangre y te hacía bailar; un sol de oro que, apostado en un cielo azul, irradiaba alegría; el aire fresco y suave y las campanas desgañitándose sin parar. ¡Ah, glorioso, fantástico!
Pero la voz del Ruiseñor se perdía. Batió sus pequeñas alas y una nube ocultó sus ojos. Su canto se debilitaba cada vez más, algo le ahogaba la garganta. Entonces tuvo un último destello de música. La blanca luna lo oyó y, olvidándose del alba, se demoró en el cielo. La rosa roja tembló embelesada toda ella de arrobamiento y extendió sus pétalos sobre frío de la mañana. El eco condujo aquel bello canto hasta su purpúrea caverna de las colinas, despertando de sus sueños a los pastores dormidos. La música flotó entre los juncos del río, que llevaron su mensaje al mar. —¡Mira, mira —gritó el rosal—, ya está terminada la rosa! Poco se puede decir de Oscar Wilde, reconocido como uno de los autores más importantes del siglo XIX y, sin duda alguna, de los más transgresores de la época. En este volumen se recogen una selección de sus mejores cuentos, los que más llegan al corazón, aquéllos que nos hacen pensar sobre la injusticia humana e intentan rescatar de la abulia a nuestros verdaderos sentimientos. Si a todo esto le unimos las maravillosas ilustraciones que acompañan a cada cuento, hacen de esta obra un objeto indispensable.
—¡Bah!, deja que el llorica vuelva a casa con su mamá, Huck. ¡El pobre quiere verla…! ¡Pues que la vea! A ti te gusta estar aquí, ¿no es así, Huck? Nosotros nos quedaremos, ¿verdad Huck? —Sí..., sí… —contestó Huck de manera entrecortada, más por compromiso que por sentimiento. —No volveré a dirigirte la palabra mientras viva —dijo Joe poniéndose en pie—. ¡Que lo sepas! —se alejó enfurruñado y empezó a vestirse. —¿Y a quién le importa que me dejes de hablar? —respondió Tom—. Nadie te necesita. ¡Vete a tu casa y que se rían de ti! ¡Vaya un pirata de pega! Huck y yo no somos unos bebés lloricas. Nos quedaremos aquí, ¿verdad, Huck? Que se largue si quiere. Podemos arreglárnoslas sin él. No hay nadie como Tom Sawyer para conseguir que sus amigos trabajen por él sin que se den cuenta, para realizar conjuros que no siempre funcionan, para meterse en líos y salir bien parado, para buscar tesoros junto a su gran amigo Huckleberry, o para formar una banda de peligrosos forajidos… Estas son sus increíbles aventuras, una de las obras maestras de Mark Twain, maravillosamente ilustrada por Beatriz Barbero-Gil.
Y a la puerta de la iglesia te eché un casquete, y de no ser por el cura, te echo hasta siete Las mozas de Villalamedo tienen el chocho pelao de subirse a los postes y bajarse a resbalao Espatárrate Jenara, que aquí mismo te la clavo, que ca vez que te veo me salen chispas del nabo El libro es una selección de coplas “burras”, como algunos las denominan, una de las maneras que tenía el pueblo de desahogar las penas y de extrapolar sus iras sin cortapisas ni censuras. La mayoría, son versos anónimos eructados en paladares etílicos tras una noche de farra, emanados junto a las lágrimas de un desengaño amoroso, amanecidos en la esquina del desencanto social o iluminados en la penumbra de una mente harta de normas. Sea como fuera, sobreviven en el tiempo y es hora de reconocer su importancia dentro de la cultura popular. Estas Coplas copulativas, quedan magnificadas por las maravillosas ilustraciones de Beatriz Barbero-Gil, que dan a la “burra” sonoridad de las rimas, un toque de exquisita sensibilidad. ¡Que lo disfruten!
¿Te acuerdas cuando te juntabas en la calle para jugar con tus amigos, que eran muchos; cuando las madres parecían ponerse de acuerdo para salir a llamar a sus respectivos hijos para darles la merienda, para regañarles si les veían subidos a los árboles o metiendo sin reparo alguno los pies en los charcos con las botas de goma de media caña? ¿Recuerdas los juegos, las canciones que acompañaban a muchos de ellos, los objetos que se utilizaban para divertirse, la imaginación que se derrochaba y, a pesar de tener muy pocos juguetes, lo bien que nos lo pasábamos y lo felices que éramos? ¿Te acuerdas de que cada una de las estaciones del año tenía sus juegos correspondientes, de que la arena y la tierra invadían las calles y de que el asfalto apenas existía? ¿Recuerdas aquél beso inocente jugando a las prendas, aquella carrera para salvar a tu compañero jugando a policías y ladrones, aquél peón que bailaba como un demonio, aquella chapa que se te salió fuera o aquél récord saltando a la comba? Jugando se aprende a soñar y a cantar, cantando se aprende a reír y a jugar, riendo se aprende a jugar cantando y soñando se aprende a sonreír disfrutando del juego y de las canciones. Aquí recopilamos buena parte de nuestra vida, de la vida de nuestros padres, de nuestros abuelos, una vida repleta de juegos, canciones y dichos de ayer, para disfrutar siempre.
¿Qué es lo que pasa en la sabana? Por un lado, buena parte de los animales, reunidos en asamblea, han declarado la guerra a los turistas, que continuamente les atosigan y les impiden llevar una vida normal. Sabiendo que los verdaderos culpables del acoso son los guías, los “bichos” les atacarán sin descanso hasta conseguir que los dejen en paz. Por otro, un elefante, un flamenco, un mandril y un lagarto, se juntan para embarcarse en una odisea: cruzar el indómito desierto para tratar de encontrar Nueva Sabana, un idílico lugar donde podrán saciar su apetito a la carta. —Este año tenemos muchos clientes —comentó regocijada Susan Everylook. —¡A ver cómo se portan los bichos! —dijo George Killer—. El año pasado estaban muy revueltos e insolentes. —¡De buena gana les metía yo una ráfaga de tiros a esos animaluchos! —soltó John Allcontrol. —Sí, pero con estos ecologistas quejicas que lo critican todo no nos dejan ni matar a un antílope —dijo Susan Everylook.
Lápich es un pequeño aprendiz de zapatero que un día, cansado de los maltratos de su maestro, decide salir a recorrer mundo y entregarse a los demás. Su optimismo, sus ganas de ayudar y su bondad, harán de su viaje una continua aventura donde los problemas los solucionará de la manera más sorprendente y los enigmas los resolverá de la forma más imprevista. El premio al servicial carácter de este pequeño Quijote será la amistad, la gratitud y el cariño de todo aquel que tiene la oportunidad de conocerle. En un mundo donde la violencia y el odio están al orden del día, estas maravillosas aventuras rescatan lo mejor que todo ser humano lleva en su corazón, por lo que su lectura ni pasará inadvertida ni dejara indiferente.
Un día, Pepín descubre a Fosco, un perro lanoso de color gris que le sigue a todas partes. Aquel suceso no tendría nada de especial si no fuera porque ni Chirri, el miserable enano; ni Luisito el Mona; ni Juanito el Rana; ni la señora Quica, la vieja loca que paseaba a su gallina atada a un cordel; ni tan siquiera su padre, eran capaces de verlo. ¿Estaría Pepín perdiendo el juicio? Allí, en ese mismo barrio, auténtico pulso de las vivencias de los personajes, asistiremos al despertar de Tina, que pasará de los miedos e inocencia de la mocedad a la madurez que se intuye al empezar a ser mujer; y acompañaremos a Luisito el Monas en esa carrera de obstáculos que todos acometemos tratando de hallar nuestro futuro para finalizar el trayecto que iniciamos al nacer. Los tres relatos que se agrupan en La plazuela de San Justo (Fosco y El despertar de Tina, el primero incluido en la Lista de Honor del IBBY y ambos finalistas del Premio Nacional de Literatura Infantil/Juvenil) son ya un clásico de la literatura juvenil española. Aunque cada relato tiene entidad propia, son en realidad tres partes de una misma novela, con un escenario y unos personajes comunes, y su lectura unitaria permite no sólo seguir la evolución de los protagonistas, sino la del género literario en que se desarrollan sus aventuras y que también corresponde a su evolución mental, que va desde el mundo mágico de los cuentos de hadas del niño de diez años, a la novela picaresca propia ya de la adolescencia.
Oscar Wilde nace en Dublín, Irlanda, el 16 de octubre de 1854 y fue uno de los escritores más importantes del siglo XIX. Fue el segundo de los tres hijos que tuvieron Sir Williams Robert Wills Wilde, médico cirujano especializado en otorrinolaringología, y su esposa Jane Francesca Elgee, escritora de éxito conocida con el sobrenombre de Speranza. Cursó estudios en la Portora Royal School de Enniskillen, en el Trinity College de Dublín y en el Magdalen College de Oxford. Después de graduarse, Oscar Wilde regresó a Dublín, donde conoció y se enamoró de Florence Balcome.
El próximo sábado día 21 a las 6 de la tarde, en la Casa de las Conchas de Salamanca, haremos la presentación del último libro de LUAL EDICIONES "Juegos, sueños y sonrisas", allí tendremos ocasión de disfrutar una vez más de la compañía de Puri Sánchez recopiladora de la obra que comentara y os presentara su libro junto a LUAL EDICIONES. Nos encantaría contar con vuestra presencia en este acto donde os presentaremos una obra que os retrotraerá a un pasado no tan lejano, aflorando a vuestra memoria aquellos juegos, canciones y dichos con los que pasabais aquellos buenos ratos.
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